Memorias de una loca
Memorias de una loca
Post scriptum
Atrapada en otra época..., como si una seda hila la araña de mis pensamientos y lo sé, no soy una isla completa en sí misma. Solo que siento cada cierto tiempo esa vieja fuerza primitiva que deambula por la introspección de mis sueños. Y no sé. No sé quién soy, no sé que es real o que no pertenece a este mundo de personas dormidas, pero estoy hecha de pequeños placeres y grandes derrotas; solo soy un pedazo del mundo, una parte de la Tierra que se mantiene intacta después de todas las veces que murió de pie. Soy extraña porque ya no soy parte de esa gran mayoría que agrieta la luz entre tantas tinieblas.
Ya nunca hago preguntas y no estoy ligada a la humanidad aunque soy parte de ella, todo lo conservo en la galería de mi alma porque tejo leyendas con mis palabras. En mi visión del mundo hay días donde me importa menos la cruda realidad desgastada, motivado a que conocí el amor no como un arcoíris sino como un fuego abrasador que consumió mis sueños en un espejismo eterno. Como si el latir de mi pecho me condujera a un bosque sagrado que está fuera del tiempo..., y eso amarró las cuerdas frágil de mis venas para creer en una utopía delirante que me condena a una libertad plena donde solo puedo poseer las puertas de un manicomio con bondad tibia.
Un amor que me dio la transparencia infinita de consentir aquello que aviva dentro de mí. No lo veo pero lo siento. Y aunque más de una vez he sido el canto doloroso de unas letras olvidadas, en la vaporosa nube del plenilunio siempre seré esa mujer que ama con el furor de un corazón que aviva la bruma de unas pupilas en el espejismo de un alma agrietada. Soy una brújula loca de alas de mariposa sonámbula, ya mi aura no se derrumba en las constelaciones de mi sueños. Este amor despertó el polvo magnético de mi telarañas, pues no hay pasión sufrida en el dolor que no haya evolucionado para transformar todo lo que soy en algo mío que está fuera de mí.
No sé quién soy más allá de mi apariencia. Mi consciencia ahora es leve y es aire. Y mi aire no tiene lugar ni época. El aire es el no lugar donde todo siempre va a existir. Por eso lo que estoy escribiendo mucho antes de escribir está ligado a lo único que mi corazón pide: un gesto solidario de un amor voluntario que arrope las entrañas de mi alma rasgada.
No puedo resumirme en palabras porque mi pensamiento está en constante movimiento, pero hay sentimientos indestructibles que acompañarán mi cuerpo hasta la muerte como si hubieran nacido con él. Y uno de esos surgió en la voz que absorbió mi completo espíritu, porque soy una tonta y solo una tonta puede amar demasiado.
¡Quién sabe a qué oscuridad de amor puede llegar mi cariño!
Pero este amor me da una claridad tan grande que me anula como persona común y corriente. Él despertó mi alma dormida y aunque a veces se siente como una lucidez vacía, solo él domina mi alma vieja. Me quedo a merced del tiempo siempre y cuando el apacigüe mi extrema individualidad y mi soberbia soledad en las coberturas iniciales de su nombre: J.G.
[La perfección de Dios se prueba más con la imposibilidad del milagro que con su posibilidad].
Bracho C., D.
25 de junio, 2025
Memorias de una loca
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