Mi vida no se llama vida

¡Donde mis ojos vuelvan!

Todo mi esfuerzo es tan solo una condena escrita

No es extraño volver a sentirme así..., así perdida, sin un refugio donde estar o poder ser y en este estado no sé cómo volver a hallarme. ¡Es extraño! como si una telaraña hilara cada latido de mi corazón con una aguja punta roma y, la pausa de mi dolor me hiciera sonámbula ante el aliento que hace callar el trueno vacío de mi alma. Siento un peso en mi sienes por no poder gritar mis palabras, me someto a la ceguera eterna porque soy muda ante los sordos, pero irónicamente si puedo escuchar el silencio de los mudos que no saben hablar. 

¿Qué puede haber más abajo de las nubes? Es que la niebla de las alturas hace que un enorme cansancio descienda sobre mí, y he profundizado en mi interior pero ya no creo en lo que soy porque todos mis pensamientos son inventados; hoy soy tan desesperanzada e inquieta que solo deseo no saber las respuestas a todas mis interrogantes, la claridad me da un lucidez vacía que me anula por completo como persona común y corriente y..., la madrugada más de una vez ha espantado mis sueños, sin embargo no los necesito porque cada mañana después de esa noche tengo los ojos rojísimos, como si fuera el reflejo de entender que mi vida no se llama vida. Y no entiendo aquello que entiendo.

Una vez más, ahora, me siento sin rumbo. Como si mi pureza fuera una ofensa a mi inteligencia, como si esclavizarme a sentir este amor me condenara a la tortura de una infinita tristeza, y la negligencia de mis sueños me hundieran en las cavernas de mi punzante dolor. ¿Soy alguien con amor a sí mismo? En realidad no entiendo mi incomprensión, nadie me advirtió las primeras señales de mi hundimiento, nadie me sirvió de salvavidas, incluso terminé siendo una trémula extremadamente viva y agrietada. Ya no sé reconocer los procesos de mi existencia, como si un halo turbio y peyorativo repasara las primeras líneas de mi presente y me diera la perversión que desprestigiara el porvenir. No sé devolverle la nobleza a mis ilusiones porque mi memoria nubla y burla mi vista. ¿Cómo hago para que mis ojos vuelvan? Ya no sé ver porque desperté y descubrí que, toda esa increíble maravilla que veía en el otro, nunca fue del otro, siempre fue mía..., pero como no la podía ver y reconocer en mí la proyecté en él. 

Ahora esto es lo que queda de mí, no son más que retazos de algo que fui: una impronta en el amor; erguida ante una armadura que cubrió mi ángel, mi ternura y que encerró el amor auténtico con el desdichado silencio de mi alma. Soy una desdichada, mis huesos mueren  y crujen un poco más cada día, pero basta silenciar para vislumbrar en mis realidades, y debajo de todas las realidades la única irreductible es la de mi propia existencia, esa misma que me enseñó a amar sin conocer el amor... ¡Y vaya cómo duele!


Post scriptum

                                                                                                                    Para J.G

De todos modos no importa, porque mujeres hay por montón y un día verás que ninguna palabra me borrará en tu silencio, por el hecho de que no soy como el resto, y la bipolaridad de mi alma era la oblación de mi amor para glorificar tus sueños, pero solo pensaste que azotándome mis entrañas con tus palabras me harían reaccionar... Solo quería un refugio, un aliento, una esperanza que calmara mi sed y mi dolor. Me hundiste y cuando más te necesité me ahogaste. Me abandonaste en la añoranza. Mi amor por ti me dio el misterio de mi creación, y este misterio cuanto más lo profundizo, más me hundo en él. Y aunque hoy estoy exactamente en el mismo lugar donde me dejaste, ya no deseo que me escuches, ya solo deseo poder salvar lo que queda de mí y aunque estoy sintiendo la inmortalidad aterradora también alcanzaré un día mi verdadera libertad, la misma que me hace esclava de ti.

Al experimentar sentimientos de sequedad es donde debo florecer, aquí es donde sigo sembrando.
Así me sigas hundiendo en terreno cenagoso, me convertiré en la más hermosa flor.

(Lo que fui ya no volverá, pero lo que convertiré de mí será mejor de lo que fui.
No para ti, sino para mí..., porque siempre voy a merecer tener mi mejor versión).

Bracho C., D.
9 de febrero, 2025






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