Memorias de tu amor
Milagrosamente la detonación de mis sentimientos no había quebrado ninguna de las esperanzas, pero estaba completamente vestida de la verdad de tu falso amor. En la reconquista de mi ser, reconozco que ha sido uno de los mejores y más complicados años de mi vida. Los breves instantes pero seguidos momentos vulnerables, me han dado el equilibrio para entender que el dolor es siempre la elección correcta, para apartar cualquier arrebato centrípeto de una introspección de mentirosa ilusión. Con el ruido de mis pensamientos te digo después de todo que, es tan extraño sentir como mi locura sigue aferrada a mi ombligo, a mi ser, como si contuviera dentro de sí misma la totalidad de un horizonte de sucesos sin lógica visible, pero con toda la concentración y la energía desaforada, de un delirante amor. Sentimiento que anuncia de repente que, mis inofensivas lágrimas son una epifanía de la demencia que cometió mi alma al involucrarse con un amor en un territorio lleno de rincones de promesas inalcanzables de la propia utopía, y aunque tu voz me dio aliento de palabras esperanzadoras, tus acciones me demostraron que no nunca existió amor y, fui solo un juego para tu ego.
Desde mis tormentas te recuerdo desde el encierro de mis infiernos, son las consecuencias con las que debo lidiar, después de fingir demencia ante todas las veces que mendigué una parte inexistente de tu fatídico amor, aún sabiendo que no existía.
Ahora solo deseo los brazos calurosos de una verdadera alma que avive el fuego de mi ser, que no huya de mis demonios, que acaricie y soporte el desorden de mi huracán, y me queda el consuelo que sí me di la oportunidad de un tú y yo haciéndonos de todo, menos daño.
Bracho C., D
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