Otro cirujano para el amor


Se vive al lado de seres y no se les conoce.

Durante muchos años el sistema del mundo creado por la humanidad, nos ha enseñado a creer en cosas que no lo son (Artificiales), y a ver situaciones que no existen (Expectativas)… Un día mi rostro soñador con aire sentimental, lleno de una dulcísima mirada que a veces se velaba de melancolía, se tropezó con el anuncio de un récipe, una página que estaba escrita con la tinta del corazón, su esencia estaba compuesta con palabras reveladoras para el amor. Quedé asombrada ante aquel descubrimiento, tímidamente conocí a una persona que no sabía que era un médico notable, que examinaba con cuidado a sus pacientes del corazón, y exponía sus casos con un don de síntesis propio del género literario. Pero desconocía su gran secreto. 

Era una persona  que sabía que la vida era demasiado corta, y que probablemente no hay tiempo para hacerlo todo. Pero, ¿no crees que hay que guardar tiempo para la escritura? Valorizar la vida; colocar en ella cada detalle que te envuelva en la creación que llene tu alma, te hará sumergir en la tranquilidad de tu ser. Así conocí a esta persona, su vida no se ha hecho tan corta para ejercer la medicina e ir viajando por el mundo de la escritura y la lectura. Se sentía impelido por una necesidad de crear en páginas blancas ideas y formas literarias. Desde su niñez quizás su clima era la literatura, pero en su mundo exterior su ejercicio soñado era la medicina. Ahora, es un médico y escritor a la vez. 

Tiene una ternura para examinar a los seres y una agudeza para destacar las líneas del amor con la auténtica magia, como sí a veces, su literatura o poesía aventajara el bisturí con el que abre un corazón. Y es que, para esta persona la medicina es su amor legítimo, y la escritura su auténtica afición.

Más de una vez, me perdí en la inmensidad de las estepas de sus letras. Estamos sumergidos en el mismo sueño de creación, mi profunda melancolía fue desnudada ante sus páginas, hice mi confesión del sensible dolor que sufre mi corazón por la dolorosa perdida de mi gran amor, pero ante mi inquietante nostalgia, llegó la tinta de su bisturí, con la misma piedad de un alma, y abrió los latidos de mis palabras, mi malestar fue pasando y la angustia falta de vida, se volvió vida en la dosificación de mi amor. Su ternura humana no juzgó mi enfermizo amor, porque dio el diagnóstico exacto, y es que el delirio de mi alma no es la locura por mi falta de razón, no es así, como muchos me hicieron creer y hasta automedicarme con dosis de pensamientos equivocados, pues, mi locura es la que llena de cordura a mi poca razón. Gracias a su diagnóstico descubrí que, no estoy mal en este mundo que ha sido silenciado por los tabús de las conciencias humanas irracionales. Soy la extraña aleación y curiosa mezcla de una rebelde que ya no coloca censura implacable antes sus sentimientos, y es que el médico me dio de alta para seguir escribiendo sobre mi incurable locura, porque la única salida para calmar las miserias de mi dolor, es hablar de la utopía de mi único amor.

En la búsqueda del reflejo de mi esencia, descubrí a mi alma gemela en escritura.  Sus líneas han sido el componente de las mías y su bisturí, me salvó el corazón. ¿Cuántos médicos escritores de literaturas conoces?

Yo solo conocí a Chejov, y luego conocí a un cirujano cardiovascular, y hoy te lo presento… Su página se llama: @tintadeunbisturi 

-Bracho C., D.

Instagram: @journalistdbc


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